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TU PERIÓDICO

PAY PER VIEW, PAY PER READ, PAY PER ALL

Como decía días atrás en este espacio, no soy un amante de la “electroprensa”, que nos priva de los valores tradicionales de la prensa en papel y de ese momento de relax en el café. No obstante, hay que aceptar que la prensa electrónica se va imponiendo cada vez con mayor fuerza, o al menos hasta ahora, momento en que los editores se están planteando poner fin a la gratuicidad de la información en el ya servicio privado de Internet (que se promocionara en su día con el slogan "la información al alcance de todos").

Es conocido el artículo 20 de nuestra Constitución Española, en el que se garantiza el derecho de todos los ciudadanos a ser informados en igualdad de condiciones. Pues bien, parece que en esta democracia que tenemos, a merced la economía de mercado y de importaciones de modelos norteamericanos, prima la obtención de beneficios de las grandes estructuras de poder por encima de un derecho constitucional, privilegiando aún más a los ya privilegiados de este sistema que sí pueden permitirse el pago de estas cuotas que tratan de imponer algunos periódicos digitales.

Nos dicen como excusa barata que no ha habido más remedio que adoptar esta medida por el escaso número de lectores (quiere ser más rentable, como expone Francisco Javier Oliva en un Congreso Online de Cibersociedad) y para hacer un servicio mejor y poder prescindir de la acosadora publicidad. Pero la realidad es que el número de internautas que visitan estos medios de información privada no ha aumentado ni mucho menos con esta privatización. Tal vez El Mundoy algún otro sí por haber adoptado un modelo mixto, en el que el acceso a determinadas informaciones es gratuito y a otras de pago (frente al modelo absoluto de otros como El País). Además, en cuanto a la publicidad, los anuncios son los mismos o incluso más que los que había antes. Tal vez puedan ampararse en que han mejorado el servicio, eso sí, con excelentes hemerotecas digitales y personalizaciones de la recepción de informaciones. Pero unos verdaderos profesionales se supone que deben siempre intentar informar de la mejor manera y con el mejor servicio posible, sin tener que privatizarse para ello.

Analizando los contenidos del reciente correo gratuito (en papel, pero con ediciones digitales, Metro, 20 minutosy Qué!) nos encontramos con las mismas noticias que la prensa de pago aunque bastante resumidas, lo que no perjudica al lector (como quieran hacernos ver algunos), sino que le facilita su derecho de estar al tanto de los acontecimientos. Además, aumenta con ella el número de lectores, lo que conlleva el beneficio de la cultura y del hábito de la lectura.

La igualdad de derechos que se recoge en la constitución está en nuestras manos. No debemos permitir que los poderosos lo sean aún más, por muy buena que sea la oferta o los regalos que nos hagan al suscribirnos. Hoy día es la prensa electrónica; pero si todos cedemos y pagamos, mañana serán otras webs las que se privaticen, u otros medios como la televisión o la radio; o los médicos de la Seguridad Social, o los lavabos públicos, o beber agua en la fuente (si es que queda alguna) del parque. Quien sabe.

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